domingo, diciembre 03, 2006

EL DÍA QUE EL METRO SE VOLVIÓ EN MI CONTRA

No les he contado yo mis queridos droogs, que el metro es uno de mis lugares favoritos de esta ciudad, bueno no favorito así de "uuy voy a ver el metro",no, pero me gusta mucho, cada que me siento perdido o con miedo o algo así en esta ciudad que lo devora todo, si veo un metro inmediatamente pienso: ya la armé. Porque es cierto, ya estando en el metro, nomás agarro la línea 9 hasta la estación Puebla y de ahí camino a mi casita y ya, y en el metro pues que yo sepa, pues no pasa acá nada peligroso.

Pero todo aquello cambió anoche(este post es atrazado, el "anoche" se refiere al sábado 2 de diciembre del presente año), y cambió por mi culpa y cómo me arrepiento.

Empezó el recorrido desde Parque Delta, yo andaba esperando a Lalo y me encontré a Plaqueta, platiqué un rato con ella para matar tiempo de aquí a que llegaba Lalo, que para variar llegó tarde.

La cosa era simple: yo quería ir a la fiesta de Sofía, pero Lalo tenía otra fiesta a la que quería ir primero, y ya luego llegar a la casa de Sofi.

Pasamos primero a casa de Tamara a que ella dejara todas sus cosas que había comprado. Fumamos un poco y vimos videitos y reimos y reimos.

Luego al metro Patriotismo los 3, luego en Centro Médico, bifurcación, Plaqueta se sigue y Lalo y yo vamos a Hospital General.

A medio camino en la estación Centro Médico, yendo al lado verdecito, le dije a Lalo que yo prefería ir a lo de Sofía, puesto que soy fan from hell de ella. Así es, soy fan de esa chica que es super chévere y se pone a cantar Oasis y mucho Britpop comigo, siii soy muuy fan y me moría de ganas de verla, nótese que en este instante, no me da vergüenza que ella,Sofía, lea esto, ya que nunca entra a mi blog (si el blogger tuviera emoticones, en este instante estarían viendo una cara muy muy triste).

Pues Lalo entendío y me dijo, vete con Plaqueta, le llamó a la famosa bloggera y ella accedió a esperarme en el metro Chabacano.

Creo que el malviaje empezó desde que iba camino al metro Chabacano escuchando GAS PANIC. Cuando me bajé en dicha estación, primero no vi nada, luego vi aTamara haciendome unas señas muy muy raras, señalaba con un dedo al piso, y luego bajó unas escaleras..Yo le entendí que nos veríamos abajo de las escaleras, así que bajé y me di la perdida de mi vida.

En mi mucho muy enyerbado pensamiento, creí que tal vez ella decía que nos viéramos en el lado azul o verde de la estación, la fuí a buscar a ambos lados sin éxito.Volví al lado café y no estaba ahí, vi la hora y ahí fué cuando entré en pánico, eran cuarto para las 12, el metro cerraría en quince minutos, me metí al primer tren que pasó, derrotado, pero con la esperanza de llegar a casa sano y salvo.El malviaje continuaba, no tenía fin, vi muchas cosas en el oscuro túnel, el tiempo no caía sobre mí, salía de mi, yo lo emanaba...Llegamos a una estación y MIERDA pánico más, fuí todo este tiempo en la dirección contraria, aahh grito ahogado, porque yo ya había olvidado cómo se gritaba.

Ni pedo pensé, soy un pendejo.Me bajé y cambié de anden cuando de repente ALARMA, MÁS MIEDO INCOMMING, el poli me dijo, no muchacho, en esa dirección ya no pasa el tren, haga el favor de salir de la estación.

Afuera, sobre el eje central, sentí ese miedo, esa angustia kafkiana que ya había sentido antes, en Madrid mi primera noche (os contaré luego sobre esa lúgubre anécdota). Eli vive cerca del eje central, pero en la estación del metro obrera, y para llegar allá, no sólo tenía que caminar mucho, sino que en la dirección a donde debía hacerlo, atravesaba una zona mucho muy peligrosa de esta mi amada Ciudad de México.

Armado con 20 pesos en mi bolsillo y una tarjeta de teléfono con sólo diez pesos de crédito. Decidí llamarle a Lalo, porque hasta donde yo sabía, él estaba más cerca del eje centra que mi casa, aparte que para llegar a mi casa también se ponía peligroso el asunto.

Le llamé, le dije que me llamara, me llamó, me explicó cómo llegar y pues ni modo, A CAMINAR. Caminé, caminé y caminé, si conocen el DF sabrán que es bastante la distancia entre el eje central y la colonia Roma, fueron fácilmente 2 horas de caminata ininterrumpida, quizás mis piernas se cansaron, pero no lo sentí de tanto pinche miedo que yo sentía.

Llegué con mucha suerte o favor divino a la fiesta en la que estaba Lalo, en la Roma.Ahí anduvimos un rato y yo seguía insistiéndole que fuéramos a ver a Sofía.El estaba de acuerdo, pero me dijo el gran inconveniente: cómo chingados llegamos hasta allá si no tenemos coche y está bien pinche lejos? Entonces yo con mi convicción casi enfermiza de ver a la bella Sofi, me puse a convecer a weyes con carro que fuéramos a una fiesta más acá, más chévere, con música mucho más chévere (porque en la fiesta de Sofía de awebo que tendría que haber música chida).
Al final, una amiga de Lalo accedió y su novio nos dió un ray, pero OOHH SORPRESA, nos perdimos, bien cabrón, acabamos en el Poli. Aparte Lalo le llamó a Plaqueta y ella nos dijo que la fiesta por allá ya estaba finalizando.Snif Snif...el destino no me deja volver a verla.

No le deseo eso a nadie, es en verdad un miedo, la pinche angustia en su máximo esplendor, qué Kafka con El Desaparecido (en muchas ediciones ese libro fué mal traducido con el título de Amerika), qué Camus con Un Extranjero, qué nada. Eso, perderse de semejante y estúpida manera en una ciudad que se supone es de uno, y para colmo es de las más grandes y peligrosas del mundo, éso sí es desesperacion y angustia, eso si es miedo del bueno.Es preferir estar muerto, en cualquier otra parte.

La ciudad entera, con sus más de treinta millones de habitantes se volvió en mi contra, tuve la fortuna de tener un amigo que me ayudó a salir de ahí, el buen Lalo.

Con todo esto, sigo amando profundamente el DF, y el metro también.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ohhh Grandioso temor. Si horita solo tengo que ir poner mi carota y mi cuerpo plantado frente a 15 personas no hablar de nada solo moverle al mouse para que cambie de diapositva en lo del powerpoint. sient0 miedo y nerviosismo.. a veces quisiera francamente aceptar el hecho que el que habla es mi cuerpo y no mi alma. o algo asi. en fin. Que malviaje tan perverso. al menos sigues amando el metro.

**Me** dijo...

jajajaja, yo sólo me he malviajado 2 veces, una de ellas, la más fea, fue en clase de biologia, y estaban hablando de los pulmones y nos pusieron una película...ay no, fue horrible!!...y la otra fue en una ocasión que me regresé sola en la noche a mi casa...desde ese día no fumo si me voy a ir sola, porque uno se vuelve paranoico...

Mike dijo...

jejeje... Una noche estando a tres pinches cuadras de casa, me puse a fumar con un amigo... En una zona tranquila en un pueblo perdido del estado de Veracha... Sentía miedo y corrí a casa... Y llegando a la casa... ¡Me daba miedo entrar! No sé cuanto tiempo estube parado afuera en la calle temblando, mi bro andaba de pedo y sólo entré hasta que él llegó y me dijo... -pasale wey... que pedo, que traes... ah!! andas pacheco... - y me llevo a mi cuarto y me dormí apenas tocando la cama

Anónimo dijo...

definitivamente ese si es un mal viaje, e imagino la angusta kafkiana ke sentist, en esta ciudad no tener miedo es simplemente no saber a los peligros ke estas expuesto i es imposible no tner paranoia.
si alugna vez llego a viajar contigo en metro, evitare ke oigas a oasis, no kiero malviajarme, en ese kaso, mejor tomo pastillitas XD

Anónimo dijo...

"..Fumamos un poco.."

hippies!