miércoles, junio 25, 2008

¡Vamonos a Guatemala en Bocho!

Pero en serio ¡hagámoslo! ¿Quién tiene un bocho? Yo pongo los estupefacientes y el alcohol y las mujeres, usted señor lector sólo tiene que poner el bocho, la gasolina y el dinero, a mi me parece un excelente trato.

Ya son vacaciones y no pienso quedarme en la ciudad de México a ver a la gente enloquecer en el tráfico, a oler la contaminación ni a mirar al cielo por las noches y sólo ver cuatro estrellas (en un día despejado).

jueves, junio 19, 2008

Declaración de un Pervertido Pt. 1

-Pues verá, es que yo no estoy acostumbrado a la compañía femenina, mire que le puedo explicar.

Mi mamá nos abandonó a mi hermano mi padre y a mi antes de que yo pudiera siquiera recordar su cara, dicen que jamás me alimentó con su pecho. Mi padre es militar y es por eso que le aconsejo que no le llame a él, se imaginará lo estricto que fué conmigo, al grado de que a los 15 años, yo jamás había visto una mujer desnuda, mis primos mayores me ayudaron con eso mostrándome la primer película porno que vi en mi vida.

El primer año después de eso pasó como si nada, mi tiempo se dividía en la escuela-siempre he tenido las mejores calificaciones de la escuela¡pregunte!-los videojuegos y mi guitarra. A los dieciseis me regalaron una laptop de cumpleaños, mis primos no tardaron en regalarme un par de dvd´s con contenido XXX.

De los 16 a los 17 vi aquel disco unas 5 veces, fueron también las primeras 5 veces que me masturbé en mi vida-las disfruté muchísimo-luego no sé exactamente qué sucedió, culpo enteramente a la internet y a mi casi absoluta falta de talento para la guitarra, el punto es que para cuando me di cuenta, todas las noches me masturbaba viendo videos en youporn o redtube. La mayoría de las veces una eyaculación no era suficiente y embarraba de semen al menos cuatro veces mi cama. Disfrutaba de este pequeño vicio por las noches, encerrado en mi habitación disfrutaba de mi cuerpo hasta quedarme dormido, hasta que después de cierto tiempo, no podía concentrarme en la escuela, todo eran tetas y clítoris, al mirar a cualquier mujer a los ojos mis pene se ponía duro como una roca, esto me hacía entrar en pánico y nunca entablar conversación alguna con ninguna mujer.

Jamás he sido una persona sociable, la secundaria entera la pasé sentado en un rincón leyendo a Steinbeck o a Hamsun. Mis compañeros de clase siempre creyeron que era raro porque mi cabello siempre estaba igual (mi padre jamás permitió otra cosa que no fuera “casquete corto“) , en la preparatoria mi comportamiento no les pareció menos extraño a mis compañeros de clase, sin embargo fueron más indulgentes y jamás se metieron conmigo, nadie me dirgía la palabra para otro tema que no fuera la tarea.

En sexto año mii profesora de literatura era una mujer joven con una cintura diminuta y un par de senos grandes pero firmes, más blancos que una hoja, miraba yo sus labios convertirse en una vagina húmedísima, chorreando aquel líquido (que yo me imaginaba sabía bien) mientras recitaba un poema de Baudelaire. Fué entonces cuando empecé a preocuparme.

miércoles, junio 18, 2008

Muerte

Se va por la vida temiendo el morir y es verdad que la muerte es algo temible, por el solo hecho de ser algo absolutamente desconocido para el ser humano. El problema no es el miedo a la muerte, mucho menos lo es la muerte misma, el verdadero conflicto es el momento, aquel momento preciso en el que dices “hasta aquí llegué“.

En mi vida hay quizás demasiados momentos de este tipo, cuenta la leyenda que nací por cesárea porque traía yo el cordón umbilical enrollado en el cuello, dicen que me iba a morir antes de nacer.

Luego vino mi infancia, la mitad de ella la pasé el hospital debido a mis alergias y a mi asma. Recuerdo muy bien una noche que mi garganta se cerró sin avizo alguno, ésa fué quizás la primera vez que lo sentí. Desde que recuerdo siempre he tenido muchos problemas para respirar, pero aquella vez ni siquiera me dejó dormir. Es muy difícil de explicar el sonido de una garganta cerrada por completo, el sonido que escapa de la boca es así como un aullido hueco, casi metálico. El ruido que aquella noche emanaba de mi garganta debió haber sido muy fuerte porque despertó a mi hermano, me preguntó si estaba bien, cuando vió que no podía siquiera responderle, se fué corriendo a la habitación de mi madre. Lo siguiente que recuerdo es estar en el hospital, ya era de día y no sabía donde estaba ni qué hacía allí, una enfermera me explicó todo y luego me dejó solo en aquel lugar horrible. Salí del hospital una semana después. Estos episodios se repitieron incontables veces durante mi infancia, creo que mi madre llegó a acostumbrarse a pasar las noches sentada al lado de mi cama, durmiendo muy poco y luego correr al trabajo.

Creo que fué entonces cuando empecé a leer más, digo, si estás acostado todo el día en un lugar tan horrendo como un hospital ¿qué mas puedes hacer? Supongo que esta condición de mis pulmones fué la que me hizo crecer como un chico pálido y ojeroso. Al segundo año de secundaria cesaron los ataques (que por fortuna no se han vuelto a presentar) y por fin pude jugar futbol como cualquier otro niño, el problema es que para entonces ya no me gustaba el futbol. En aquella época conocí a un amigo llamado Mario Lagos y en él encontré un compañero que compartía aquel gusto por la indescriptible sesación de “ya valió madres“. Y es por eso que durante la secundaria nos dispusimos a hacerle cuanto daño pudiéramos a nuestros pobres cuerpos, todo siempre en forma de estúpidos retos: caminar debajo de un tráiler mientras está detenido en un semáforo, saltar desde la azotea de mi casa a un camión estacionado abajo, saltar desde un puete peatonal hacia los coches, tomar un auto “prestado“ sin tener absoluta idea de cómo conducirlo, un día inclusive saltamos de un auto en movimiento a otro.

Todas estas experiencias me llenaron de un placer enfermizo, con el tiempo dejé de frecuentar a Lagos y conocí más gente, mi vida se volvió común: escuela, amigos, familia, etc...hasta un día al salir de la escuela, un hombre me abordó en el camellón, no recuerdo lo que me dijo a principio, pero cuando volteé a verle, estaba sosteniendo una pistola en su mano derecha, volví a sentir entonces aquel golpe, ese rayo que te parte en 2 y te paraliza, él tomó todas mis pertenencias y se fué.

Descubrí entonces que el ser asaltado deja un sabor dulce-amargo, al menos se siente aquel extraño placer del peligro, el unico problema es que al final, debes entregarle todas tus cosas al cabrón del arma.

He sido amenazado y golpeado aquí y en otras partes del mundo, en la mayoría de las veces, he sido yo el que provocó aquella situación y lo he disfrutado, lo he disfrutado casi tanto como tener una dama en mi cama.

He estado en accidentes de auto bastante serios y en demasiadas peleas con cabrones que de repente sacan pistolas, inclusive he recibido el anuncio de una partida abrupta por sobredosis con pastillas, y después de todo eso, en el filo del abismo, he sentido siempre lo mismo: NADA. Es muy molesto sentir que te vas a morir y no temerlo porque realmente no te importa el seguir aquí o no, es encabronante sobrevir para decir ¿ahora qué?

Es por eso que creo tener cierta experiencia para decirles que no es la muerte la que hay que temer, tampoco la situación en la que has de morir, ni siquiera el instante en el que sientes tu vida en peligro (eso de hecho causa placer). Lo que es en verdad horrendo es cuando pasa todo, cuando has visto tu muerte a los ojos, pero sigues de pie, y todo sigue igual, entonces te preguntas ¿eso es todo? y te frustras y te enfadas y te deprimes y eso es en verdad terrible.

martes, junio 17, 2008

Guerra

Es una batalla contra la hoja en blanco, los comunes creen que escribir es un acto inùtil y sencillo, pero los comunes no estàn acostumbrados a leer a Hemingway o a Conrad.

Debes sentarte frente a esa computadora y darle todo, no importa lo que sea, cada centìmetro en blanco del documento de word es tu enemigo, debes ganar terreno, esta es una guerra de ocupaciòn y conquista. Tu cuartel es tu cabeza, tus ùnicas armas las letras. La literatura es quizàs la màs solitaria de las guerras.

martes, junio 10, 2008

Mon Manifeste

1.-Odio a la gente que cree en algo.
2.-¡Maldita gente feliz!

jueves, junio 05, 2008

Psst Psst (Post sólo para Damas)

La mera verdad es que todos y cada uno de los hombres sobre este planeta, heteros u homosexuales, tienen siempre el mismo pensamiento al despertar: cómo me gustaría recibir una felación en este instante.

Este pensamiento es aún más persistente cuando el individuo despierta con una erección, cosa mucho más común de lo que la mayoría de las féminas imagina.

Ahora bien, estás vestido, calzado y camino al trabajo/escuela; tu mente divaga mientras esperas en el tráfico/transporte público, y hay una vocecilla diminuta en tu cabeza, que te recuerda algo triste: no has obtenido aquello, aquello con lo que desearías despertar tu vida entera...

Y es así como pasas el resto de tu dia con una sola meta en tu cabeza: obtener un par de labios deliciosos rozándo tu glande, una lengua húmeda que recorra tu falo entero y unas manos traviesas que jueguen con tu escroto. Eso es en lo que piensas, así lo deseas y lo deseas ahora, pero el trabajo/estudio apremian y vuelves a tu labor.

Al llegar la noche, de vuelta en casa, quizás algunos obtengan satisfacción, la mayoría no. Es por eso que la gente se casa, nuestra sociedad entera está basada en eso: hombres que desean una mujer para sí todo el día, todos los días...Mujeres que desean, que desean....¿qué chingados desean?...Hace ya tiempo me he resignado a nunca conocer la respuesta a esa pregunta.

Pero sé lo que los hombres quieren, lo sabemos muy bien todos, sé que no encontraré mañana comentarios negativos a este post por parte de caballeros. A ellos no les importa lo que dice este post, es por eso que este post está dedicado a las mujeres. Son ustedes las únicas a las que les es útil esta vital información:

Señoritas, ustedes tienen el poder de cambiar al mundo, hacer que gire a la izquierda. Lo único que tienen que hacer es satisfacer aquella primitiva necesidad de placer. Os aseguro que los hombres que siempre despiertan con un delicioso beso, son aquellos que están sonriendo el día entero, aquellos que los demas odiamos por ser tan felices.

Con más hombres satisfechos y felices, menos disgustos, menos violencia, menos guerras, etc..

miércoles, junio 04, 2008

Blues de la Edición

-Tienes que escribir, escribe lo que sea, donde sea, pero hazlo, hazlo ya y hazlo mucho, todo el tiempo,
-De lo contrario?
-Pues tu dime, solo no quiero encontrarte otra vez ahí afuera de mi casa borracho y llorando, hablando solo de gente que te sigue...
-Perdón...
-Ps ni pedo, espantaste a la novial del "maese" pero de ahí no pasa.

La casa en Coyoacán era de dimensiones bizarras y estrepitosas, con muchas escaleras y pocos baños, demasiadas puertas y pocos cuartos, como salida de una pintura de Escher, o al menos así se veía en mi cabeza. Mi editor me regañaba sobre mi comportamiento la tarde anterior, "escribe escribe escribe", aún escucho su voz en mi cabeza con un tono de blues.

Lo que el no sabe es que escribo tanto que me duele la cabeza, escribo hasta quedarme dormido, o hasta volverme loco, pero después se muere todo, presiono ctrl+e+backspace y las letras del monitor desaparecen tras un destello azul. O si acaso plasmaba mis pensamientos sobre una hoja de papel, esta termina casi siempre en el cesto de basura.

He perdido la cuenta del numero de borradores que tengo guardados en este blog, los escribo con entusiasmo al principio y luego se marchitan, los guardo como borradores y pienso "pues luego a ver qué mas le pongo, esperaré a que vuelva la inspiración"-pero no vuelve, no ha vuelto en meses en algunos casos.

Sin embargo, mi editor tiene razón, debo escribir y escribir, al menos para mantenerme aquí, en este plano; los que salen perdiendo son ustedes estimados lectores, ya que ahora aparte de escribir, publicaré cada estupidez que salga de mi cabeza, al menos una vez al día, quizás más de una vez al día.