martes, septiembre 04, 2007

Tormenta

Hace no más de veinte minutos estaba yo en el camión y empezó a llover, era una lluvia simplona y asquerosa. Yo me sentía tranquilo porque dentro del camión estaba seco y cómodamente leía a Kerouac. Pero llegó el momento de mi bajada y en cuanto puse el pie derecho fuera del camión, un trueno sonó en el cielo y la tormenta comenzó. Pero ésta era una tormenta de las buenas, de las que me gustan, con granizo y viento, como un tifón, como la tormenta que describe Conrad en El Negro del Narcisus.

Toda la gente empezó a correr para no mojarse, yo me tomé mi tiempo, caminé de la avenida a casa y sentía los golpes del granizo sobre mi cabeza como un recordatorio kármico: aquí estoy, esprando-me decía.

Mas no corrí, recibí cada granizo como balas tiradas por los franquistas a Lorca o a Hemingway; caminaba y gritaba enloquecido: dáme tu mejor golpe, tú hubieras hecho lo mismo que yo hice, try walkin in my shoes. Me detuve entonces y traté de mirar al cielo-si alguien me va a escupir, quiero al menos verle la cara-pero el granizo casi rompe mis gafas. Me enfadé más y ya no era yo el que estaba ahí parado bajo la lluvia en la ciudad de México, era yo Jack London gritándole a los mares del sur que no me detendrían.

Por supuesto que todos me voltearon a ver, así que mejor me puse a caminar de nuevo, ya en mi calle, a siete metros de mi casa me encontré con un tipo, de inmeditao percibí el olor a marihuana, entonces me detuve y lo miré muy feo. El se resguardaba de la lluvia bajo el balconcito de un vecino mío, jamás había visto a este vago; por mi casa hoy en día hay bastantes vagos y los conozco a todos, éste era nuevo. Me miró cínica y retadoramente, yo no podía creer que fumara marihuana aquí, tan cerca de mi casa, hace siete años éste era un barrio lindo, con familias y niños jugando futbol en las calles.

Aquel vagales se quedó fumando marihuana en mi casa, denigrando más y más el vecindario ¿qué se hace en esos casos? Por supuesto, se les une, al fin y al cabo ya estoy del lado oscuro de la balanza.

8 comentarios:

Marcos Legaspi dijo...

definitivamente las lluvias son misteriosas pero energicas.

Alice dijo...

asi pasa casi siempre con los barrios... son lindos cuando llegan familias nuevas con sus niños... luego los niños crecen y se convierten en monstruos... llega toda clase de malviviente... pero perduran y llegan al final como barrio de abuelitos... todo tranquilo otra vez...

Anónimo dijo...

no le den click a mi nombre...

Mike dijo...

Que solución más practica... Ya dejate de pensar en el karma. Todo fluye.

Anónimo dijo...

mmm ese olor, el canto de las sirenas yooom. acá llueve poco, así que cuando cae hay que festejar (aunquela gente derrpente suelte de esas miradas feas)

Taquero Narcosatánico dijo...

Ja, pues claro, cómo dejarlo ahí fumando solito?

Gracias por visitar mi blog, saludos.

El tipo Roballo dijo...

yo nunca e visto una lluvia de granizos... has cumplido mi sueño... yo quiero caminar en ella y ver que se siente ser golpeado por el hielo en la cabeza... me da morbo la idea...

Lo de la marihuana es medio fuerte... nadie quiere ver el sitio donde creciste convertido en un tiradero de gente mala... los tiempos cambian

♥Mayriella♥ dijo...

uyi que acomedido jijijiji :~)