Bon Dimanche

En un sábado caluroso en Monterrey, estaba a punto de dormirme cuando recordé una frase que solía decirnos mi papá a mi hermano y a mi para recordarnos que somos unos chingones, caí en cuenta que no me había dicho tal frase en años, le llamé pero para variar no contestó.

A la mañana siguiente salí de la preciosa posada en la que me hospedaba y caminé al centro, miré los edificios y la macroplaza, traté de entrar a la biblioteca central del estado de Nuevo León pero estaba cerrada, entré al museo de historia de México que encontré bastante ameno y después al museo de historia del noreste, justo estaba ahí cuando sonó mi celular, era mi papá.

-Hola!-contesté emocionado.
-Sí, quien habla?
-Jorge, tu hijo...
-Ah! Cómo estás? Acabo de ver tu llamada perdida, en dónde andas?Ya volviste?
-No, estoy en Monterrey-respondí.
-Ah su madre! La última vez que te hablé estabas en Reynosa!Aquí hace un calor de la chingada, imagino que te estarás derritiendo por allá.
-Estoy muy bien, ando dentro de un museo con clima pero por las ventanas puedo ver la ciudad afuera, parece que está por prenderse en llamas.
-Me imagino..Dime, para qué soy bueno? Ya te vas a regresar?
-Para nada, ya hasta conseguí empleo...pero sí necesito algo.
-Sí, cuánto necesitas?
-No! No se trata de dinero, quiero que me digas esa frase, la que solías decirnos a Etienne y a mi cuando éramos pequeños.

Me dijo la frase y le hice notar que no me la había dicho en al menos diez años, respondió que no lo había hecho porque no lo creía necesario, que pensaba que yo ya sabía perfectamente que era un chingón, le respondí que a veces se me olvidaba, me preguntó si estaba bien, le dije que sí, que estaba de maravilla, "estás seguro de que no necesitas dinero?"-insistió y volví a rechazarlo. Muy bien pues, que no se te olvide de nuevo, vale?Alínea tus tropas y toma el mundo por sorpresa, sabes que puedes volver con tu mamá cuando quieras o venirte a Europa conmigo-me dijo, yo le agradecí y luego colgó.

Vi muchas cosas de la revolución en ambos museos, el de historia del país y del noreste, luego me fuí a pasear por unos parques perdidos atrás de la calle Constitución (que es como el periférico en el DF), me senté en el pasto y traté de terminar un par de cartas que llevo escribiendo desde hace tiempo cuando volvió a sonar mi celular, esta vez era un número desconocido.

-Bueno..
-Sí, Macario?-dijo una voz de hombre con tono agudo.
-Sí, quién habla?
-Hola, no me conoces, me llamo Mateo, soy amigo de Mike.
-Hola Mateo, Mike me habló mucho de ti, en qué puedo ayudarte?Está bien Mike!?
-Si, está aquí conmigo...oye, acabo de leer tu cuento de las nubes, me encantó!
-En serio?
-Sí, claro!Está chingonsísimo!Eres una reata!-sonaba muy exaltado desde que contesté.
-De verdad?Gracias!No te pareció algo cursi?
-No!En serio, está muy bien!Perfecto para dedicárselo a una morra.Cuándo vuelves a Reynosa!?Tenemos que vernos!
-Pues no sé..por qué no mejor vienen uds. a Monterrey?
-Tal vez, voy a ver si puedo..pero oye, en serio hombre, me encantó tu relato, cómo se te ocurrió eso?
-Pues no sé, la inspiración supongo...estaba pensando en una chica.
-Claro, se nota, te quedó en serio muy bien, sigue escribiendo, neta eres un chingón.
-Vale, trataré de recordarlo, muchas gracias por leerme.
-De nada, por favor escribe más y mándaselos al Mike pa' que pueda leerlo, por ahora me despido pero guarda mi número, tenemos que conocernos.
-Muchas gracias Mat, ojalá si vengan.
-Sí, ojalá y si, nos vemos luego.
-Adios.

Después de colgar me dieron ganas de llorar no sé por qué (imagino que porque soy un maricón) y esta vez no me contuve y solté hartas lágrimas sobre aquél pasto regio, todavía llorando regresé a mi posada mientras anochecía.