He vuelto a la frontera, pero ésta vez con Arizona, no recuerdo cuándo salí del D.F., éste blog no es una buena referencia porque está completamente desfasado en tiempo y espacio, los posts no son escritos en su momento ni en su lugar, por ejemplo, el post anterior lo escribí en la estacion de autobuses de la capital de San Luis Potosí (una bella ciudad colonial con guapas señoritas) antes de tomar un camión a Sonora.
Hay historias pero poco tiempo, hay disposición pero no concentración, podría contarles sobre las horribles calles de Reynosa con su guerra que sí es real pero en la que no tiene nada que ver el gobierno, debería hablarles del oso anacoreta que ahí vive y de sus amigos, escribir tal vez respecto a las sórdidas amistades que hice en Monterrey o del maravillos viaje que emprendí a través del desierto potosino con una amiga en busca de peyote (eso tomaría varios posts), podría tal vez escribir de la travesía en camión de Sn. Luis hasta Nogales durante poco más de 24 hrs atravesando Coahuila y Chihuahua de este a oeste, eso sin contar las cosas que ya he visto en este bello estado fronterizo (mi estado norteño favorito hasta ahora) con sus pinturas rupestres, sus preciosas mujeres y sus poblaciones de yaquis, ceris, pápagos...sus trincheras de la revolución, su desierto de sahuaros (tan distinto al de dunas de Chihuahua o al de yucas de San Luis) y sus lugares místicos donde literalmente sientes una energía extraña pero benéfica, una vibración que te rodea y te traspasa y que te hace sentir bien aunque un poco raro, donde los celulares, las radios, los gps y hasta los coches dejan de funcionar.
Debo sentarme a escribir, es lo que debo hacer, me es inevitable esta sensación de que estoy viviendo muy rápido, más rápido de lo que puedo registrar, como si estuviera arriba de un tren bala japonés (no uno de ésos lentos trenes europeos) y no voy en la parte para pasajeros sino sobre el techo del tren y la velocidad hace que el aire golpee tan fuerte mi cara que no puedo abrir bien los ojos.
El verdadero dilema es ¿por dónde empezar?Mi vida ha cambiado tanto en los últimos meses, extrañísimas cosas me han ocurrido aún mucho tiempo antes de partir de la Cd. de México de las que siento que debo dejar constancia también por su significado y que quizás al escribirlas se explicaría por qué estoy en el norte y no pienso volver pronto, pero ¿a quién chingados le estoy "explicando" algo y por qué? También creo que debería contar la última vez que fuí a Manzanillo con mi familia en semana santa...Y mientras escribo estas palabras por las bocinas de mi laptop grita la hermosa voz de Eddie Vedder: why go home why go home??!!
Hay historias pero poco tiempo, hay disposición pero no concentración, podría contarles sobre las horribles calles de Reynosa con su guerra que sí es real pero en la que no tiene nada que ver el gobierno, debería hablarles del oso anacoreta que ahí vive y de sus amigos, escribir tal vez respecto a las sórdidas amistades que hice en Monterrey o del maravillos viaje que emprendí a través del desierto potosino con una amiga en busca de peyote (eso tomaría varios posts), podría tal vez escribir de la travesía en camión de Sn. Luis hasta Nogales durante poco más de 24 hrs atravesando Coahuila y Chihuahua de este a oeste, eso sin contar las cosas que ya he visto en este bello estado fronterizo (mi estado norteño favorito hasta ahora) con sus pinturas rupestres, sus preciosas mujeres y sus poblaciones de yaquis, ceris, pápagos...sus trincheras de la revolución, su desierto de sahuaros (tan distinto al de dunas de Chihuahua o al de yucas de San Luis) y sus lugares místicos donde literalmente sientes una energía extraña pero benéfica, una vibración que te rodea y te traspasa y que te hace sentir bien aunque un poco raro, donde los celulares, las radios, los gps y hasta los coches dejan de funcionar.
Debo sentarme a escribir, es lo que debo hacer, me es inevitable esta sensación de que estoy viviendo muy rápido, más rápido de lo que puedo registrar, como si estuviera arriba de un tren bala japonés (no uno de ésos lentos trenes europeos) y no voy en la parte para pasajeros sino sobre el techo del tren y la velocidad hace que el aire golpee tan fuerte mi cara que no puedo abrir bien los ojos.
El verdadero dilema es ¿por dónde empezar?Mi vida ha cambiado tanto en los últimos meses, extrañísimas cosas me han ocurrido aún mucho tiempo antes de partir de la Cd. de México de las que siento que debo dejar constancia también por su significado y que quizás al escribirlas se explicaría por qué estoy en el norte y no pienso volver pronto, pero ¿a quién chingados le estoy "explicando" algo y por qué? También creo que debería contar la última vez que fuí a Manzanillo con mi familia en semana santa...Y mientras escribo estas palabras por las bocinas de mi laptop grita la hermosa voz de Eddie Vedder: why go home why go home??!!
Why go, la cuarta canción del "Ten", el primer disco de Pearl Jam, mil veces mejor que todos los discos de Nirvana juntos. Quizás también debería contarles cómo fué que esta banda me eligió para ser su fan, porque la elección, estoy seguro, no fué mía.